viernes, 11 de mayo de 2012

Sentai Y Ecenario apocaliptico



Sentai





Sentai (戦隊) es un término japonés que puede ser traducido como "fuerza de ataque" o "regimiento". Es más conocido como el término empleado en la Segunda Guerra Mundialpor el Servicio Aéreo del Ejército Imperial Japonés, haciendo referencia a una unidad compuesta de dos o más escuadrones. Un sentai era equivalente a un grupo aéreo o a un Ala, según las denominaciones de otras fuerzas aéreas, y se dividía en varios chutai o escuadrillas. El término fue usado también, en un grado menor, por el Servicio Aéreo de laArmada Imperial Japonesa, dado que la denominación oficial era hikōkitai.


Escenario apocalíptico






En la ficción, tanto literaria como cinematográfica, sobre todo en la ciencia ficción, existen muchos escenarios en los que la Tierra ha sucumbido a alguna forma de Apocalipsis. En ocasiones a estos escenarios se les llama, de forma global postapocalipsis.




Hecatombes nucleares






Durante la guerra fría el temor a una guerra nuclear fue hábilmente explotado por Hollywood con grandes películas como ¿Teléfono rojo? volamos hacia Moscú (1964) o Juegos de guerra (1983). La idea más extendida en la literatura y el cine de las consecuencias de una hipotética guerra nuclear queda bien ilustrada en la frase de Albert Einstein "No conozco con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero la cuarta se librará con palos y piedras." Así, la mayoría de escritores y directores imaginaron mundos arrasados en los que los protagonistas luchaban por sobrevivir entre las ruinas de nuestras ciudades.

Esta posibilidad es el escenario de Mad Max (1979), Un chico y su perro (1969) o El planeta de los simios (1968). En estas películas el mundo tal y como lo conocemos ha desaparecido. La sociedad no existe y los supervivientes tratan de vivir entre las ruinas. Estas historias suelen tener en común que se postula la desaparición de la civilización, si bien con importantes diferencias de una a otra.

En Mad Max, sobre todo en su primera entrega, la civilización no ha desaparecido completamente. Existen ciudades más o menos similares a las que hoy en día conocemos y donde se ha conseguido mantener cierto orden. Pero fuera de estos núcleos urbanos se extienden vastos desiertos en los que escasean los recursos, sobre todo el agua y la gasolina, y desarrapados supervivientes reúnen los pedazos útiles de las antiguas máquinas tratando de seguir adelante.

En El planeta de los simios la lesión sufrida por la civilización ha sido mucho más profunda; de hecho, los humanos han involucionado hasta la época de las cavernas, apenas poseen lenguaje y por supuesto no tienen tecnología.

Aunque el temor a la desaparición de la civilización tal y como la conocemos es casi una contaste en las obras de este tiempo, no todas tienen el mismo enfoque pesimista.

Un claro ejemplo de esto último es Cántico por Leibowitz (tanto el relato de 1955 como la novela de 1960). En esta historia de Walter M. Miller la civilización también ha sucumbido; justamente, a manos de los irritados supervivientes que han encontrado en la ciencia el origen del desastre. Sin embargo, el autor relatará la recuperación progresiva de la civilización y del saber, que ha sido preservado en los monasterios.

Tampoco faltó incluso quien pensaba que el ser humano seguiría adelante sin mayores problemas tras una Tercera Guerra Mundial que casi todos daban por segura. Menciones a esta guerra se hacen en Brigadas del espacio (1959), de Robert A. Heinlein, o en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) de Philip K. Dick, novelas que muestran la supervivencia del ser humano (y de su civilización) a pesar del desastre.

En España podemos encontrar un emotivo relato acerca de la tozudez y la esperanza, La cosecha (1987), de Javier Cuevas, en el que un agricultor se resiste a dejarse morir de tristeza en medio del invierno nuclear.

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